domingo, 3 de mayo de 2015

Tenía meses sin masturbarme (y ahora no puedo detenerme)

Sólo que me dieron muchas ganas de hacer pipí y tuve que parar. Llevaba también mucho tiempo que no tenía un orgasmo. Y todavía llevo más sin sentir que caigo en una espiral. O que me da jaqueca de tanto placer. ¿No les ha pasado? Sientes una gran pesadez en la cabeza. La sientes como si fuera una piedra. Solo sientes tu cabeza. Tu cuerpo está liviano. Como que flota. Como que se vuelve transparente. De agua. Pero flota por tu cabeza. Ya después de unos minutos vuelves a sentirlo. Tus hombros, cada músculo. Tu cuello deja de estar tenso, por eso que dicen que es la vida. También percibes las texturas más reales. Dejas de ser un maldito zombie que solo camina porque debe hacerlo. Como que todo vuelve a tener otra sensibilidad.

Algo así como lo que dicen que se siente con la marihuana. Es que no me siento muy atraída por las drogas. Pero sí por el sexo. Se te abren los sentidos tras el sexo. Durante él te concentras en tu cuerpo. Pero después, tu cuerpo se concentra en lo externo. Hasta la nicotina se vuelve más rica.

Sentir el aire frío congelando tus pies. Tocar el pelaje de tus gatos. La suavidad de las teclas. Las ideas volando por tu cabeza. Todos deberíamos escribir lo que sentimos después de un orgasmo. Porque si un orgasmo te hace sentir vivo. Escribir lo que sentimos después de un orgasmo, consolida la certeza de por qué respiras.

El ritmo de tu respiración mientras te masturbas también es inverosímil. El aire se te atiborra en el pecho y gimes porque ni modo que se te quede dentro. Lo único que puedes tener dentro es un pene, y quieres que se quede dentro para siempre. Lástima que ellos pierdan la erección. Sería increíble tenerlo dentro siempre.

Dicen que ellos se masturban diario cada que despiertan. Creo que voy a tener que poner mi despertador una hora antes de lo acostumbrado. Nada de que cinco minutos ni quince. En quince minutos no se pueden sentir todos los placeres del mundo y menos prenderles fuego. Con sesenta minutos, hasta te despiertas. Y te preparas para todo lo que tenga planeada la vida para ti las 23 horas que restan.


"Escribir es como hacer el amor. No te preocupes por el orgasmo, preocúpate del proceso": Isabel Allende.

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